Se
le atribuye el primer Evangelio escrito. Fue amigo de San Pedro y de
otros apóstoles. Fundó la comunidad cristiana de Alejandría en Egipto.
Sus palabras sencillas nos muestran a Jesús como el Salvador amoroso y
cercano. Su fiesta se celebra el 25 de abril.
En
los escritos del Nuevo Testamento aparece un personaje, importante en
la Iglesia apostólica, que unas veces es llamado Juan, otras Juan Marcos
y otras Marcos solamente. Por la simple lectura del Evangelio se ve que
se trata de la misma persona. Nada tiene de extraño que un judío usase
dos nombres: uno hebreo Juan y otro latino helenizado Juan Marcos,
máxime si procedía de provincias del Imperio romano. En San Marcos, como
en San Pablo, el nombre romano terminó por imponerse sobre el hebreo.
San
Marcos era hijo de María, viuda al parecer, de alta posición, en cuya
casa se reunía la primitiva Iglesia de Jerusalén. Una antigua tradición
nos atestigua que es la misma casa en la que el Señor celebró la Última
Cena e instituyó la Eucaristía, y que el hombre que llevaba el cántaro era el propio Marcos, detalle conservado por el evangelista y usado también por San Lucas. También parece que "el muchacho que seguía (al grupo del prendimiento) cubierto con una sábana" era
el propio Marcos que guarda este dato como íntimo recuerdo personal. De
ser así, Getsemaní debió pertenecer al patrimonio de la familia. Era
primo de Bernabé, una de las grandes figuras de la primitiva Iglesia y,
al ser Bernabé levita y de Chipre, es natural que Marcos perteneciese a
la colonia chipriota de Jerusalén y que fuese levita, como su primo. Así lo cree el Prólogo de Prisciliano.
San Marcos Evangelista
La
actividad evangélica de San Marcos la inicia con Bernabé y Pablo,
quienes cumplido su ministerio de llevar subsidios a la iglesia de
Jerusalén, se volvieron a Antioquía llevándose consigo a Marcos.
Enviados de nuevo Bernabé y Saulo a la misión, para la que les había
llamado el Espíritu Santo,
embarcaron rumbo a Chipre donde predicaron en las sinagogas, teniendo a
Marcos como auxiliar o diácono y una vez evangelizada la Isla, al
zarpar Pablo y los que con él estaban de Pafos a Perge de Pamfilia,
Marcos se separó de ellos y se volvió a Jerusalén. Cuando más tarde
Pablo y Bernabé visitaron las comunidades evangelizadas, Bernabé quiso
llevar consigo a Marcos pero Pablo se opuso, pues no olvidaba que no les
había acompañado a Pamfilia. Como la divergencia de criterios fue
irreductible, ambos se separaron en la tarea misional y "Bernabé tomando
consigo a Marcos se embarcó para Chipre". Los acontecimientos
posteriores indican una plena reconciliación de San Pablo con Marcos.
Unos
diez años más tarde encontramos a Marcos en Roma como intérprete de San
Pedro y, un poco después, como escritor de su evangelio, según lo
presenta la tradición. Su relación debía de ser muy antigua. Sabemos que
liberado Pedro por el Ángel, se dirigió a la casa de María, la madre de
Marcos, donde era muy familiar. Tal testimonio, junto con los datos de
la tradición, hace suponer que Marcos se hallaba en Roma como intérprete
de Pedro antes de que llegara San Pablo, con el que, olvidadas las
diferencias de la primera separación, ahora le sirve como auxiliar, de
consuelo y de gran utilidad para el ministerio. En Roma, hacia el año
60, debió de escribir el Evangelio conocido en la tradición como
Evangelio según San Marcos.
San Marcos
escribiendo su Evangelio
Consta que tuvo que visitar la Iglesia de Colosas y que San Pablo le recomendó a los colosenses:
"Hacedle buena acogida"
No
sabemos si realizó tal visita; pero sí que estaba en Oriente y por
aquellas tierras, pues Timoteo al parecer en Éfeso, recibe este encargo
de San Pablo:
"Procura venir pronto... y a Marcos, tráele, que me va a ser útil para el ministerio"
Marcos se halla en Roma el año 67 cuando mueren los dos Apóstoles, San Pedro y San Pablo. La tradición dice que Marcos evangelizó como Obispo de Alejandría, en Egipto,
donde realizó varios milagros y estableció una iglesia y su famosa
escuela cristiana, nombrando un obispo, tres presbíteros y siete
diáconos.
Probablemente
murió en el año 68 d.C., de muerte natural, según una relación, y según
otra, como mártir, en Alejandría de Egipto. Los Hechos de San Marcos,
un escrito de mitad del siglo IV, refieren que San Marcos fue arrastrado
por las calles de Alejandría, atado con cuerdas al cuello. Después lo
llevaron a la cárcel y al día siguiente le volvieron a aplicar el mismo
martirio hasta que falleció. Luego echaron su cuerpo a las llamas, pero
los fieles lograron sacarlo y evitar su destrucción.
Se
dice que sus asesinos trataron de quemar su cuerpo, sin conseguirlo.
Los cristianos de Alejandría rescataron su cuerpo intacto, lo
envolvieron y le dieron sepultura. En Venecia, Italia, se veneran, en la
preciosa catedral de su mismo nombre, los restos mortales del
evangelista, cuyo traslado de Alejandría se remonta al siglo IX.
De
Alejandría fueron trasladadas sus reliquias a Venecia el año 825, cuya
República lo adoptó como celestial patrono, erigiendo en su honor la
maravillosa Basílica de San Marcos, y tomando el símbolo del evangelista
(el león alado con el libro del Evangelio) como su escudo, que esculpió
en todos sus monumentos y posesiones.
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Secretario, intérprete y consejero de San Pedro |
Los
documentos más antiguos que hablan de San Marcos aseguran que Marcos
estuvo al lado de San Pedro, en Roma, como intérprete y redactor de la
Buena Nueva, primeramente en la catequesis oral y después, en la
composición (guiado por el Espíritu Santo) de aquel admirable texto que
es el Evangelio más condensado de la vida, los milagros y la muerte de
Jesús.
Un sabio afirmó que "el evangelio de San Marcos es el libro más importante que se ha escrito",
pues todo indica que fue el primer evangelio que se escribió, que
estuvo basado en el testimonio del mismo San Pedro y que de él sacaron
mucho material los otros tres evangelistas.
La
primera vez que habla de Marcos el libro de los Hechos de los
Apóstoles, es en el capítulo 12, versículos 12-16, cuando relatan la
salida milagrosa de San Pedro, de la cárcel, por obra del Ángel que le
abre las puertas y se dirige "a casa de María, madre de Juan, por sobrenombre Marcos, donde muchos hermanos se hallan congregados en oración". Quizá
era un niño o jovencito cuando Jesús fue condenado a muerte. Dice su
Evangelio que cuando Jesús fue apresado en el Huerto de Los Olivos, le
seguía un joven envuelto en una sábana para curiosear, a ver en qué
paraba todo aquello. Es muy posible que este joven fuera el mismo Juan
Marcos.
Todo
parece indicar que Jesús tuvo estrecha amistad con los padres de Juan
Marcos y que éste escuchara, en muchas ocasiones los discursos de Jesús.
Fue él uno de los primeros bautizados por San Pedro. El que era un niño
el año 30, por el 44 ya era todo un hombre y decidió marcharse a
evangelizar con su primo, José Bernabé. Acompañó a Pablo y Bernabé en
sus recorridos apostólicos por Chipre y otras ciudades. Posteriormente
pasó diez o doce años en Jerusalén al lado de Pedro, ayudándole como
secretario y haciendo de "intérprete y consejero". Pedro amaba con cariño a Marcos. Le llama "mi hijo Marcos" (1 Pedro 5, 13).
El
evangelista Marcos escribe con fluidez, sencillez, en estilo directo y
sólido a la vez, y se propone probar la Divinidad de Cristo. El
Evangelio de Marcos comprende dos partes, y cada una comienza con una
manifestación divina: en la primera es la palabra divina con ocasión del
Bautismo de Jesús por Juan, y en la segunda la Transfiguración.
La
primera parte del Evangelio se desarrolla en Galilea, la provincia de
Jesús; la segunda en Judea y en Jerusalén, el corazón de la nación
judía. La primera parte muestra la novedad de Jesús, el impacto de su
enseñanza sobre las multitudes. Pero, en la segunda parte, viene la
desilusión, pues Jesús se niega a ser lo que la gente quería que fuera, y
la muchedumbre ya no lo sigue. Cuando Jesús muere, el oficial romano reconoce que el crucificado era el Hijo de Dios (Marcos 15, 39).
Es
el más breve de los libros del Evangelio (16 capítulos); sin embargo,
tiene sus razones: Marcos dio a su Evangelio los mismos límites que los
apóstoles habían asignado a la catequesis primitiva. Los apóstoles no se
proponían dar todo lo que los creyentes querían saber, sino que querían
transmitir lo esencial de lo que Jesús había dicho y hecho (Hechos 1,
21-22).
El
león es el símbolo de San Marcos. Tanto este símbolo como el de los
otros tres evangelistas (Apocalipsis 4, 7-8), son muy antiguos. De ellos
hablan San Jerónimo y San Agustín, explicando que San Marcos, en su primer capítulo, habla de Juan el Bautista en el desierto y el león es el rey del desierto (Marcos 1, 3).
Fuente - Texto tomado de ENCUENTRA.COM:
Fuente - Texto tomado de ARCHIBOGOTA.ORG.CO: